Las Choapas, Ver. a 22 de septiembre de 2011
XXVII Reunión de Cronistas de Veracruz
Las Choapas, con 97 años de existencia ha encontrado en la actualidad que es poseedora de un glorioso pasado heredado de las antiguas civilizaciones asentadas miles de años atrás, correspondientes a la culturas olmeca y zoque. A partir de 1960 con motivo de las excavaciones petroleras, se descubrieron vestigios de estas culturas en el arroyo El Pesquero, el ejido Los Soldados, Las Choapas en el área urbana de la ciudad, así como en la extensa zona rural que posee el municipio que con sus 2851.02 km2, es el tercero más extenso del Estado de Veracruz.
Tal es el caso de los hallazgos dados a conocer por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en abril del 2008 mediante una conferencia de prensa a la comunidad choapense revelando la existencia de toda una ciudad prehispánica sepultada en el ejido San Miguel de Allende. Tan histórico evento se comunicó por la prensa y otros medios de comunicación de la siguiente manera: “Asombran ruinas de ciudad maya en Veracruz”; Diario de Xalapa, 7 de abril de 2008. Raymundo León, enviado especial y Diario Presencia Sureste, Martha Patricia García Arenas reportera.
El descubrimiento de un gran asentamiento prehispánico en esta comunidad pondría a Las Choapas y a Veracruz en general en los primeros sitios de la arqueología mexicana. Según estimaciones, el sitio se encuentra en una extensión de 60 hectáreas y se presume una fuerte relación con la cultura zoque, lo que significaría que sería el único asentamiento de esa cultura en Veracruz. Jaime Cortés Hernández, arqueólogo del Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, aseveró que el asentamiento no es maya, pero que, por lo visto hasta este momento, hay una marcada iconografía de esa cultura en el lugar, por lo que podría suponerse que la gran ciudad pudo haber sido un punto de intercambio entre las culturas del Golfo de México y del altiplano con los grupos mayas de Chiapas y Centroamérica.
No es fácil arribar al sitio arqueológico. Para ello, es necesario llegar a Las Choapas y de ahí partir por la autopista Las Choapas-Raudales hasta encontrar, después de unos 40 minutos de camino, la entrada a la comunidad de Río Playas De ahí es andar aproximadamente dos horas por un polvoso camino de terracería hasta llegar a San Miguel de Allende, un ejido de unas 85 familias. Pero eso no es todo, es necesario internarse en el campo y caminar aproximadamente unas tres horas o un poco más bajo una temperatura de 40 grados. En resumen, el camino es inaccesible y no se llega al lugar sin un guía.
Una vez en el sitio, la vista recompensa el camino andado. Se pueden ver fácilmente plazas, pirámides, juegos de pelota y áreas perimetrales, todo cubierto por la vegetación pero perfectamente silueteado.
El lugar es impresionante, a cada paso se advierten rocas basálticas con grabados. Se presume que cada uno de ellos son de juegos de pelota, de escaleras, cerros, orificios, etc.
"Solamente la investigación nos podrá determinar si estos grabados son una especie de maquetas de lo que la gente que vivió aquí iba a construir", aseveró Jaime Cortés Hernández, arqueólogo del Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Veracruz.
La inmensidad del terreno y de las estructuras que se pueden ver hace presumir que quienes construyeron la ciudad se constituyeron en una gran cultura que podría marcar un hito en las investigaciones arqueológicas futuras.
A unos 70 kilómetros en línea recta de donde se encuentra la ciudad prehispánica de San Miguel de Allende, se ubica Malpasito, en Tabasco, que es, según los especialistas, el último asentamiento maya de la zona.
"Esta ciudad que ha sido recientemente descubierta, pudo haber dominado a Malpasito que es mucho más pequeña de lo que podemos ver aquí", indicó Jaime Cortés.
Como ya se dijo, la ciudad está cubierta por la vegetación, pero ello no impide ver su grandeza, tamaño, y la importancia que debió haber tenido quizás por el año novecientos después de Jesucristo
Hasta el momento, según los informes, no se ha encontrado ningún tipo de cerámica en el lugar, sólo glifos que, por lo pronto, permiten aventurar hipótesis que la investigación posterior reforzará o desechará.
Mientras tanto, los habitantes de Las Choapas, siguen con mucho interés el desarrollo de los acontecimientos para con este sitio arqueológico y muchos saben más o menos por dónde se encuentra pero no con exactitud.
La gran ciudad prehispánica fue encontrada en San Miguel de Allende, por parte de trabajadores de la Compañía Mexicana de Exploraciones (Comesa), que presta sus servicios para Pemex.
Hace dos años, los trabajadores ejecutaban labores de exploración para determinar posibles yacimientos petrolíferos en la zona. "En todo momento, el INAH estuvo consciente de la existencia de la ciudad ya que los trabajadores de Comesa fueron acompañados desde el principio por un equipo de arqueólogos", indicó Jaime Cortés y agregó: "cuando se confirmó el hallazgo de la ciudad, lo que hicimos fue guardar silencio para evitar el saqueo y los daños pero ahora ya se sabe y es necesario reforzar la vigilancia”.
Y es que los habitantes de San Miguel de Allende y los mismos trabajadores de Comesa no pudieron guardar silencio y la situación, dos años después, ha despertado el interés de los habitantes de Las Choapas y ciudades cercanas.
La ciudad prehispánica se encuentra cubierta por arena y monte, lo que hace más delicadas las investigaciones, ya que todo un equipo humano y técnico debe de arribar a la zona para acordonar y empezar con los trabajos de investigación que podrían prolongarse por años.
De acuerdo con los datos aportados por pobladores de la zona, algunos trabajadores que descubrieron el lugar encontraron fragmentos de vasijas y otros restos, los cuales comenzaron a rematar en lugares cercanos sin darse cuenta de lo relevante del asunto.
Se presume que dentro de la zona arqueológica que aparentemente fue habitada por zoques que mantenían una intensa relación con grupos mayas, se encuentra un panteón utilizado por los antepasados ya que se habla de una ciudad, misma que contaba con campos de juegos de pelota, lugares para ejecutar ceremonias y pirámides.
Jaime Cortés Hernández y Raúl Jiménez Huerta, también arqueólogo del Centro Regional INAH del Estado de Veracruz, estiman que para iniciar los primeros trabajos de investigación habría que determinar el costo de los terrenos así como la inversión futura. "La intervención de los tres niveles de Gobierno será de mucha importancia para rescatar los vestigios de esa cultura”, indicaron.
El Rostro de Bucub-Kamé o el Siete Muerte
Lo que más inquieta hasta este momento es el rostro de un mono descarnado tallado en una de las rocas que se encuentran en el sitio.
"Este es uno de los glifos que nos permite establecer una asociación con los mayas porque hay una raya y dos puntos que representa al siete en la cultura maya, además del rostro del mono descarnado que también se asocia a la cultura maya”, señaló Jaime Cortés Pérez.
Los arqueólogos comentaron que la asociación entre el siete y el cráneo indica una imagen del dios Bucub-Kamé, señor del inframundo para los mayas.
"Este tipo de personajes están en la cultura maya, no tanto en la olmeca, lo que nos amarra el dato de que hubo una dispersión cultural hacia esta parte, cercana a la costa del golfo en la región del Sotavento, que no fue precisamente olmeca".
Además, dijeron que a la altura de la nariz, el rostro descarnado del mono tiene una espiral hacia abajo y hacia arriba que indica fetidez, " el cráneo exhala fetidez, una condición de la muerte por la putrefacción”. Se cree que en él se sacrificaban a los vencedores del juego de pelota que de esta manera pasaban a convertirse en semidioses .Para los especialistas, la fecha de esplendor de la ciudad podría situarse en el clásico medio, con un importante componente urbano. "Es un lugar densamente utilizado en el suelo; había mucha gente, tal vez era un centro de gobierno, una capital regional entre la costa y la cordillera, pero eso lo dirá la investigación.
Los arqueólogos reiteraron que se sabe que la región del Usumacinta y Malpasito, en Tabasco, tuvo un intenso intercambio cultural con los mayas, pero nunca se había previsto que lo tuviera con las tierras costeñas de Veracruz: "Veremos hasta dónde llegó el contacto”, manifestaron.
Durante un recorrido por el sitio arqueológico, tanto Raúl Jiménez Huerta como Jaime Cortés Hernández externaron que hubiera sido mejor que el lugar no se descubriera debido a los posibles actos de saqueo que pudiera haber a partir de este momento. "Pero también está la posibilidad de daño a las piezas que hoy se pueden observar, como en el rostro del mono descarnado”, dijeron.
Y es que, efectivamente, la piedra en donde se encuentra grabado el rostro del mono descarnado las líneas originales presentan huellas de haber sido remarcadas con roca., "lo que constituye un hecho muy lamentable". Otras rocas en donde se aprecian glifos presentan huellas de violación y en ellas se leen los nombres de quienes posiblemente han visitado el lugar. "Lo que nosotros recomendamos a las autoridades municipales es que puedan incrementar la vigilancia en el lugar, que se pongan de acuerdo con el agente municipal y que vigilen bien el sitio porque es de ellos", manifestaron los especialistas y agregaron: "también es necesario hablar con la maestra de la escuela local y que sea ella quien despierte la conciencia de la conservación del sitio arqueológico entre sus alumnos, es la única forma que por el momento tenemos para proteger el sitio y evitar que pueda haber saqueo”.
Los habitantes de San Miguel de Allende están dispuestos a cuidar del sitio pero desean que se les indique cómo lo pueden hacer: "Queremos que vengan y nos digan cómo podemos cuidar esto que tenemos y que es muy grande, queremos que se nos indique qué hacer y todo el mundo puede tener la seguridad de que esto lo vamos a cuidar mucho, porque fue de nuestros abuelos, fue de nuestros antepasados y tenemos que cuidarlo”, aseveraron. En este 2011, los trabajos en la zona arqueológica se encuentran detenidos sin explicación alguna.
Dr. Roberto Palma Prieto
Cronista de Las Choapas, Ver.